Había visto este anuncio de Pharmagrip Cinfa y me había hecho gracia, pero no me habría imaginado la resonancia que tendría en mi la idea de que la cama te fuera a buscar al trabajo.

Según pasaron los días desde entonces, una serie de acontecimientos hicieron que ese anuncio, sin estar presente, me hiciera reflexionar sobre mi infancia.

Unas semanas después de verlo en televisión, oí a una compañera saturada del trabajo que decía, «ya me podría venir a buscar mi cama…» Ese fue el eco del anuncio, no me había vuelto a acordar de él.

Cuando estoy en un sitio, tengo que ir a otro y me da pereza el traslado, pienso en teletransportarme. ¿Os ha pasado alguna vez?

Hacer «Chap» con los dedos y aparecer allí donde desee sin esfuerzo… Como colocaba Mary Poppins la habitación en ese momento de su película (1964): «Con un poco de azúcar» Aquí

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Una persona con la que debato mucho sobre esto me dice que si te teletransportas desapareces, podemos estar horas y horas hablando sobre esto…

Una semana después otra compañera vuelve a hacer mención a la cama sin conductor. Está pachucha dice, «ya podría recogerme la tele-cama«.

Entonces me acordé de cuando era pequeña y si me ponía pocha venían mis padres a buscarme al cole.

Qué sensación de protección, saber que están ahí, entre todas las cosas que tendrían por hacer, estar pendientes de mi. Dejar todo para venir a buscarme. Quiero agradecer esos momentos a mis padres. Y al anuncio por evocarlos.

Ha sido curiosa la forma en que esa cama me ha hecho sentir nostalgia de la infancia. Quizás en esos momentos más delicados en que te gustaría que quien más te quiere te vaya a recoger, te saque de allí y te invite a merendar.

Curioso.

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Quiero dedicar este post a mi abuela Josefa. Por enseñarme sobre la elegancia y el miedo.

«Nunca se puede meter a un burro marcha atrás en un garaje«, me dijo entre otras cosas.

Gracias.